domingo, 14 de febrero de 2010

LAS MIL Y UNA NOCHES DE LANE

Poco más de tres años duró la vida en pareja de Jorge Luis Borges; en octubre de 1970 se divorciaba। Conocí bastante de cerca los entretelones del fracaso matrimonial de Borges. Normas Thomas di Giovanni, su traductor al inglés, era su inseparable acompañante de aquellos días y juntos planearon su “fuga”. Según me relatara el propio Borges, agobiado por los constantes desentendimientos con su mujer, salió una maña de su casa. En la esquina Di Giovanni esperaba con un taxi. Después un avión los conduciría a la ciudad de Córdoba, donde se quedarían alojados por un par de semanas. Allí, Borges tenia una gran amigo poeta, de profesión abogado, que se encargaría de iniciar los trámites del divorcio. En efecto, días más tarde, el doctor Fernández Ordóñez se presentaba ante Elsa Astete Millán con precisas instrucciones de Borges para negociar. La señora abrió la puerta un tanto irritada y lo recibió con estas palabras: “Sí, ya sé, usted viene a conversar conmigo por la fuga de mi marido. Sepa que no pienso devolverle nada.” El representante contestó: “Señora, tranquilícese, el señor Borges me ha pedido que le comunique que le deja todo; no quiere que le devuelva nada. Sólo me ha recomendado una cosa: que tenga la gentileza de entregarme Las mil y una noches en la traducción de Lane. Es todo lo que él desea.”


DEL LIBRO DE ROBERTO ALIFANO

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